Diseño técnico de perforación y voladura como herramienta para mejorar la granulometría y eficiencia en planta: Enfoque Mine to Mill

El diseño técnico de perforación y voladura es clave para mejorar la fragmentación del material y optimizar el rendimiento en planta. Aplicando el enfoque Mine to Mill, es posible integrar parámetros geomecánicos y modelos predictivos que permiten obtener una granulometría adecuada, reducir costos operativos y aumentar la eficiencia del proceso minero desde la mina hasta el procesamiento final.

El desafío de la eficiencia en la pequeña y mediana minería

En el sector de la pequeña y mediana minería peruana, caracterizado por un enfoque centrado en la reducción de costos más que en la mejora de procesos, se presenta una oportunidad estratégica de optimización que muchas veces es ignorada: el rediseño técnico del proceso de perforación y voladura. A pesar de que estas operaciones constituyen una etapa crítica en la cadena de valor minera, son frecuentemente tratadas de manera empírica, sin integrar adecuadamente los datos geomecánicos del macizo rocoso ni las herramientas tecnológicas disponibles.

Este artículo explora cómo, a través de un diseño técnico integral de la malla de perforación, es posible mejorar significativamente la granulometría del material extraído —especialmente el P80— lo cual impacta directamente en la eficiencia de la planta de beneficio y en la rentabilidad general de la operación.

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Diseno tecnico de perforacion y voladura como herramienta para mejorar la granulometria y eficiencia en planta Enfoque Mine to Mill

El enfoque Mine to Mill surge como una estrategia para cerrar la histórica brecha entre las operaciones mineras y el procesamiento mineral. Este concepto plantea que la calidad de la voladura inicial influye profundamente en cada etapa posterior del procesamiento, desde el chancado hasta la concentración. Por ello, variables como la fragmentación de la roca, el grado de aflojamiento, la dilución, el daño inducido en las paredes y el volumen de material volado deben ser controladas desde el diseño mismo de la voladura. La aplicación del principio Mine to Mill no sólo contribuye a reducir los costos de chancado y molienda, sino que permite operar equipos a mayor eficiencia, disminuyendo así los costos totales del proyecto minero.

El concepto Mine to Mill: De la mina a la planta como un sistema integrado

Importancia del diseño de la malla de perforación en la fragmentación

El diseño de malla de perforación debe ser concebido como una herramienta científica que permite manejar tanto parámetros controlables como no controlables. Entre los parámetros controlables destacan el burden, espaciamiento, sobreperforación, longitud de carga, tipo de explosivo, secuenciamiento y retardo. Por otro lado, los parámetros no controlables están asociados a las condiciones del macizo rocoso: presencia de fracturas, orientación de las discontinuidades, contenido de humedad, tipo de litología, entre otros. La correcta integración de ambos grupos de variables mediante modelos matemáticos y software especializados es lo que asegura una fragmentación óptima.

Evaluación geomecánica: Base fundamental del diseño

Una etapa imprescindible del proceso es la caracterización geomecánica del macizo rocoso. Esto incluye el mapeo geológico y estructural, clasificación del macizo mediante sistemas como RMR, SMR o el Índice de Calidad Q, y la realización de ensayos de laboratorio estandarizados por ASTM e ISRM, como resistencia a compresión simple (UCS), triaxiales, propagación de ondas, corte directo y ensayos de tracción. Estos ensayos no solo permiten conocer la resistencia y elasticidad del macizo, sino también detectar microfracturas internas que pueden distorsionar los resultados, siendo necesario en algunos casos aplicar “castigos” o ajustes para obtener valores más representativos.

Uso de software para la simulación de voladuras

La incorporación de herramientas tecnológicas como JK Simblast permite simular la voladura en modelos 2D y 3D, y prever tanto la fragmentación obtenida como las vibraciones (PPV) generadas. Estas herramientas hacen uso de modelos predictivos como Kuz-Ram y de parámetros como el Índice de Volabilidad de Lilly, que integra características de la roca como RQD, UCS, módulo de Young, y la geometría del banco. La simulación permite evaluar distintas configuraciones de malla y explosivos antes de ejecutarlas en campo, reduciendo el riesgo operativo, optimizando recursos y asegurando una granulometría acorde a las necesidades de planta.

Parámetros controlables: Diseño técnico con base en modelos matemáticos

Los elementos ajustables en una voladura —como el burden, espaciamiento, tipo de carga, taco, secuencia de detonación y retardo— deben ser definidos con base en modelos matemáticos validados, como los propuestos por Konya, Pearse, Langefors o Ash. A diferencia del enfoque empírico basado en experiencia operativa, el modelo matemático permite incorporar múltiples variables geomecánicas y dinámicas para obtener resultados más precisos. Por ejemplo, la correcta elección del burden permite definir de manera más exacta la energía que se transfiere al macizo y, por tanto, influir directamente en el tamaño de los fragmentos resultantes.

Elección del explosivo: Compatibilidad energética con la roca

Otro aspecto crítico es la selección del explosivo, el cual debe ser compatible con las condiciones del macizo. Factores como la resistencia al agua, densidad, velocidad de detonación, presión, toxicidad de los gases emitidos y estabilidad química deben evaluarse en relación con los parámetros geomecánicos. La relación de impedancia entre explosivo y roca es fundamental: si es menor a uno, como en el caso estudiado con calizas en Lunahuaná, se evidencia una pérdida de eficiencia energética, lo que obliga a rediseñar la malla o buscar un explosivo más adecuado.

Secuencia de voladura: Control de fragmentación y dirección de energía

La forma en que se detonan los taladros tiene un impacto directo en la dirección de las ondas de choque y, por tanto, en la fragmentación del material. Un secuenciamiento inadecuado puede producir acumulación de energía en zonas críticas, provocar fly rocks, o causar fragmentación deficiente. La elección del retardo y orden de detonación, además, permite dirigir la energía liberada hacia zonas de menor resistencia, disminuyendo el daño colateral a la infraestructura o a otros bancos cercanos.

Áreas críticas y reducción de riesgos

Identificar y delimitar el área crítica dentro de la masa rocosa es esencial para mitigar riesgos como proyecciones no controladas (fly rock), vibraciones excesivas, daño estructural, generación de polvo y gases, y reducción del rendimiento de los equipos de acarreo. Al emplear una malla de tipo triangular o con distribución controlada, es posible reducir la zona de influencia de la voladura, disminuyendo el consumo innecesario de explosivo y aumentando la eficiencia de limpieza y preparación del siguiente ciclo de trabajo.

Resultados obtenidos:

 Caso aplicado y optimización del P80

En el estudio aplicado en una unidad minera que originalmente utilizaba métodos empíricos de diseño, se observó que el P80 de salida era de 13 pulgadas. Mediante rediseño técnico y aplicación del modelo Kuz-Ram, se logró reducir este valor a 6 pulgadas, optimizando significativamente la eficiencia de planta. Si bien hubo un aumento del 16% en los costos de perforación y voladura, se generó un ahorro del 40% en carguío y acarreo, lo cual representa un impacto positivo en los costos totales de operación. Esto valida el principio de que una inversión inicial bien dirigida puede generar retornos operativos más sostenibles.

Integración técnica para un ciclo de minado eficiente

El rediseño técnico de la perforación y voladura, con base en modelos matemáticos, estudios geomecánicos y uso de software de simulación, se presenta como una herramienta eficaz para mejorar la fragmentación y, con ello, los procesos posteriores de carguío, transporte y procesamiento. Esta estrategia, que se alinea con el enfoque Mine to Mill, permite reducir los costos unitarios, mejorar la eficiencia operativa y minimizar los impactos negativos sobre el entorno y el personal. A medida que más operaciones mineras —especialmente en el sector de pequeña y mediana minería— adopten esta visión integrada, el sector podrá avanzar hacia una minería más segura, eficiente y sostenible.

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